Estamos tan acostumbrados a las plantas exóticas o alóctonas que por sus características se han naturalizado en la Vega Baja que resulta extraño, o al menos anecdótico, encontrar una especie que solamente se desarrolla por esta zona. En este caso se trata de un endemismo de origen murciano-almeriense que alcanza la zona sur de la provincia de Alicante.
Suele habitar en terraplenes, vaguadas, suelos pedregosos, matorrales. Por su resistencia a la sequía se utiliza en taludes secos y degradados, ocupando zonas secas y soleadas.
Es un arbusto compacto y densamente ramificado desde la base que puede llegar hasta los dos metros de altura, posee tallos finos, redondos y flexibles. Sus hojas son alternas, enteras, linear lanceoladas, muy pequeñas, aparecen en la parte superior de las ramas durante el período de floración, y son caedizas, se desprenden dejando los tallos desnudos.
Las flores en general son solitarias y axilares, de color amarillo intenso, y se reúnen en número de seis a quince en racimos terminales. Florece desde febrero-marzo hasta junio-julio. El fruto es una legumbre aplanada y comprimida, con 2-5 semillas.
La forma de las flores es muy particular y exclusiva, simula una mariposa en vuelo. Se compone de cinco sépalos y cinco pétalos desiguales, uno mayor que el resto denominado estandarte, parece una vela al viento, dos son laterales, las alas, y por último dos inferiores.
Los tallos se han utilizado para hacer escobas, aprovechando su buena resistencia y flexibilidad, por este motivo también se conoce con el nombre popular de ´ginesta de escobas`.
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