El granado es un árbol o arbusto que posee una amplia distribución mediterránea, se cultiva por su fruto y como ornamental, también suele asilvestrarse en barrancos húmedos, cunetas, setos y terrenos alterados. Necesita sol y le afectan las heladas. En el valle de la Vega Baja del Segura es muy abundante y lo podemos encontrar tanto cultivado como asilvestrado.
Suele ser muy ramoso y espinoso, y puede llegar a los 5 m de altura. Su corteza es de color miel clara, que se va agrietando y retorciendo con el paso del tiempo. Es un árbol con hojas caducas o caedizas, simples y opuestas, de margen entero, ovaladas o algo lanceoladas, un tanto coriáceas y verdes brillantes por el haz.
Las flores son de color rojo intenso, solitarias y muy atractivas. La corola se compone de 5 pétalos en forma de tubo, con el labio inferior más alargado que el superior. Llama la atención el androceo con estambres de filamentos largos y rojizos, y anteras amarillas.
“…. el granado, con sus flores rojas, encendidas, resalta en lo gris del terrazgo”. Florece desde marzo-abril hasta junio-julio.
Al madurar forman un fruto complejo, esférico, amarillo-rojizo o rojizo al final de su desarrollo, de corteza coriácea, denominado ´granada` que da nombre a la planta y es comestible. Está formado por una serie de granulaciones jugosas separadas en partes por una membrana amarillenta y amarga.
El zumo de la granada es muy refrescante, diurético, febrífugo, antioxidante, rico en vitaminas y contiene muchas sales minerales. También se utiliza como terapia para reducir la arteriosclerosis. Son los mismos atributos que poseen los granos de granada en crudo.
Algunos afirman que la granada es una de las joyas de la corona en el mundo de las frutas, beber a diario un vaso de zumo de granada reduce el riesgo ante enfermedades cardiovasculares. Por la acción de los antioxidantes mejora el estado de los vasos sanguíneos y reduce el endurecimiento de las arterias provocado por la oxidación del colesterol.