El abrojo es una planta relativamente común en la Vega Baja del río Segura. En ocasiones es una mala hierba en terrenos cultivados, rastrera, peluda, con tallos postrados y ramificados, y extendida a veces de forma desordenada. Posee hojas cortamente pecioladas, compuestas y opuestas de hasta 6-8 pares de foliolos ovalados pero sin foliolo terminal.
Sus flores son pequeñas y solitarias. Poseen cinco pétalos amarillos. No son flores especialmente llamativas pero destacan por el contraste que ofrecen ante las hojas verdes oscuras de la propia planta. Se caen muy pronto. Suelen florecer entre mayo-junio hasta septiembre-octubre.
Quizás su característica morfológica más sugerente sea el fruto, una cápsula en forma de estrella, espinosa, dura y leñosa. Formada por cinco carpelos rugosos que poseen fuertes espinas. Muy dolorosas si te sientas encima o las pisas descalzo.
La podemos encontrar en lugares abiertos y secos, bordes de caminos, arcenes y escombreras, terrenos de cultivo abandonados, laderas pedregosas…. en general ocupa espacios ruderales humanizados sobre suelos removidos.
En algunas herboristerías y tiendas que venden plantas, raíces y flores medicinales para uso médico y culinario, podemos encontrar productos fabricados con frutos y raíces de esta planta, a la que se le atribuyen propiedades estimulantes y afrodisiacas por su capacidad de aumentar la testosterona, aunque no están respaldadas por estudios científicos rotundos.
Popularmente ha sido utilizado como diurético, expectorante, protector hepático, analgésico y para la hipertensión arterial pero en la actualidad está en desuso por la presencia de saponósidos y alcaloides que lo convierten en tóxico y peligroso por vía interna.
