De nuevo estamos ante otra llamativa planta alóctona que suele cultivarse en jardines o como ornamental en otros lugares, por la belleza de sus flores. Originaria de Sudamérica, se ha naturalizado en terrenos baldíos, bordes de caminos, barrancos soleados y lugares alterados cerca de la costa.
Los tallos de este ´naranjito` pueden llegar a 1,5 – 2 metros de altura, derechos, robustos y algo peludos. Posee hojas grandes, anchamente ovaladas o elípticas, con el margen lobulado, pecioladas, puntiagudas y de color verde intenso.
Sus vistosas flores blancas o azul pálido con sugerentes anteras amarillas se agrupan en densas inflorescencias. La corola formada por cinco pétalos lobulados unidos hasta la mitad y por cinco sépalos igualmente fusionados. Florecen desde abril-mayo hasta septiembre.
Los frutos son bayas globulares o esféricas, verdes al principio cambiando a amarillas-anaranjadas al madurar. Mucho cuidado, son tóxicas.
Es evidente su capacidad invasiva cuando se naturaliza fuera de las zonas ajardinadas, por distintos motivos. En la Vega Baja del Segura podemos hablar de presencia puntual de plantas naturalizadas en algunos lugares concretos, aunque de momento no existe un impacto ecológico perjudicial para otras plantas.
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